lunes, 11 de agosto de 2008

Café con leche, tostadas, mermelada. 8.53

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Entre todo lo q hay… el desayuno es lo más importante. Y mientras escribo, mañana de lunes, me pregunto si tengo que contar lo que sucedió en el fin de semana… Supongo que sí. Porque si mi amiga Ana lo hace, yo también. Nah… Ni tanto. En realidad solo porque es agradable la idea.

Fin de semana salvaje (ojala hubiera vivido lo que quería vivir en los ‘80s, pero bueno, lo vivo ahora, las modas vuelven, la música vuelve, y mientras me sacudía como salvaje primitiva con Billy Idol o Blondie en la fiesta de Stayfree, todo lo que no viví sucedió...)

Empezamos con cena (tempura y fideos de arroz con teriyaki y salsas) en casa con Vico, amiga de Max, seguimos con Rocky Horror Picture Show en el MALBA... película de culto si las hay. Agos que nos encuentra, nos sorprende y se va... y terminamos con shots de tekila. Note to self: comprar chocolate bueno, naranjas y combinar todo eso con canela... iba con tekila, pero creo que voy a combinar todo eso en un chocolate derretido... VA A SER LA BOMBA!

Sábado a trabajar Vale, Max de mudanza. Yo trabajé tranca, con conversaciones filosóficas como se da en los tiempos de avail del sábado (gracias Ateiro por seguirme el juego). Recuérdenme después de hablar de la naturaleza de la felicidad. Max trajo todas las cajas de la casa de la vieja, con lo que volvieron un par de cosas, después hacen falta más... Pero lo importante: una biblioteca. Ya con eso, empieza a parecer una casa. Después Vico que nos vendió un baúl donde puse todos mis hilos y lanas... y como el baúl se transforma en banqueta, queda más casa todavía. Nos falta traer la biblioteca de Vico y la mesa de PC y ya deja de parecer un campo de refugiados. Por lo pronto, ya está más hogareña... Entre la biblioteca, el futón armado y mi armario azul, ya va queriendo.

Así que ese fue mi domingo, despertarme tarde y hacer todo rápido, tirar mil cosas que no sirven sin preguntar… y todavía falta sacar bastantes cajas… pero ya tiene pinta.

Tuvo sentido renunciar a una salida con amigo para estar con Max disfrutando que tenemos casa. No pasa por hacer algo compartido con él. Porque el vio una película que no me interesa, mientras yo pasaba sus escritos a la Oli para traducirlos después, y después puteamos mucho al repartidor de Pati que no venía y que resultó que lo había atropellado un taxi. Paty con y. El otro es el señor mano-dura. Pero... era necesario disfrutar de la casa, de la compañía mutua. Hace mucho que no estábamos así, medianamente tranquilos, porque el trabaja y yo también y en distintos horarios. Hacía mucho que el dormía mientras yo estaba despierta, o el trabajaba mientras yo dormía, y volver dormido, y estar cansado...

Hacía falta un reencuentro.

Ahora entiendo a que se refería Patricia con la utilidad del diario. No es solo para reevaluar, ni es para reflexionar. Es para tomar constancia de las cosas. Si no lo escribo, lo recuerdo como un buen fin de semana... y... llena menos y se olvida. Lo escribo, y toma forma en mi cabeza como evento real, que no se esfuma, que permanece. Un poco quizá porque mucho tiempo en mi vida pasó en libros. No tenía anécdotas ni eventos míos, solo libros. Y quizá... quizá deba empezar a trabajar eso. Me cuesta mucho vivir de primera mano, juzgo, cuestiono, rebajo... todo el tiempo el crítico de atrás de la cabeza tratando de arreglar lo que no necesita solución. Sólo a través de la música bajo un cambio (o pongo reversa) y soy, sencillamente SOY. Soy las notas y silencios, los tambores y las cuerdas... porque eso somos... los sonidos del universo que toman forma y conciencia.

Suspiro.

Eso somos. Ahora que alguien me explique como llevarlo a cabo fuera de la música. O, como en un buen Jazz… ya vendrá.

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