miércoles, 27 de agosto de 2008

27/8/8

Me retaron que no actualizé, justo cuando iba a hacer un post explicando porqué no escribía. Igual me cuesta. Es que no andaba bien, cosas de la bipo, y no me gusta llenar esto de cosas feas que encima no son reales. Si hay alguien leyendo esto, no quiero que tenga que pasar cosas feas. Está bien que la vida es así, la moneda tiene dos caras. Pero los tejemanejes que hace mi mente para hacerme sentir infeliz son sólo eso, tejemanejes. Los entiendo como tales, y los sufro, pero espero a que se me pasen.

No me gustaría igual torturar a quien lea con mis “pero si… entonces…” de carácter negativo. Todas las historias de complot que hago contra mi persona, que termina en la conclusión a) de que yo no valgo y no tengo que existir o b) que el universo no tiene sentido y no tiene que existir.

No me gusta escribir esas cosas porque sé hasta que punto son falsas invenciones propias. Y no quiero preocupar a la gente y que después me estén llamando, o escribiendo y todos con cara compungida diciendo “pero no tenés que pensar así, fijate todo lo bueno..." Cuando eso ya lo sé, pero si no lo estoy pensando es porque en ese momento no puedo. Incluso cuando callan los que saben como estoy me miran con cara de tristeza y conmiseración… y no necesito eso. Porque es algo que no es real. Es una angustia falsa surgida de alguna frustración/enojo/decepción que no es bien manejada por un lado, y que por otro lado se ve exagerada por los efectos de un desbalance químico.

Por eso no escribo cuando estoy mal. Por eso y porque encima es repetitivo, siempre todo termina en un "porqué existimos, si es más fácil no existir?”

Pero bueno, escribo hoy, que ya se me pasó un poco.

Ayer sucedió una de esas cosas que tanto necesito … lo espontáneo y exótico. Fuimos a comer a un restaurant peruano, así de la nada, sin planear, sin prever. Lo espontáneo. La comida estaba cargada de sabor, lo mío no picante, lo de ellos sí, pero mucho sabor, muy fuerte. Lo exótico. Y un detalle extra: había un cumpleaños, y vinieron mariachis. Lo inesperado.

Una salida completa según mis ganas de siempre.

Con el agregado de una charla ininteligible de palabras que empiezan con "ex” y coronado a la vuelta con una visita a la significación y simbolismos de la Virgen María. Que casi lo escribo bien, y me corregí. Según mi sistema de creencias, poca importancia tiene el estado de su consagrado himen, y es para mí la Madre María. Madre adoptiva de la humanidad desde el momento en que Juan le llora a Jesús que los va a dejar solos. Y Jesus que dice "Juan, he aquí a tu madre. Madre, he aquí a tu hijo". Dandole a María una razón para seguir adelante, cuidarnos a todos, y a nosotros una manera de seguir adelante, para todos los que no estamos en presencia de Dios y nos cuesta llegar a él.

Me desperté feliz. Completa. Necesito esas cosas. Charlas, movimiento, sorpresas… Pero me dí cuenta, evaluando todo esto con Max, que es una necesidad muy grande de estímulo la que tengo. Ví que soy feliz cuando tengo estímulo dos o tres veces por semana. No sé si es mucho realmente, pero a mis ojos no acostumbrados me parece demasiado fuerte. Estímulos como tratando de tapar algo. Subir el volumen de la música para no escuchar los gritos... los gritos...

Mi inconsciente chillando que nada tiene sentido, que no hay razón de existir.

Me dijeron que es posible que eso suceda por un enojo muy grande ante una desvalorización grande de mi persona…

Pero… como hago para recuperar ese valor que perdí a poco de nacer?

Terminé con algo triste nomás. No era mi intención.

Quedensé con que la pasé mucho muy bien. Me divertí. Y es lo que cuenta.

Pd: desayunando escribí este poco y leí otro poco :D y me sentí feliz.

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