viernes, 5 de septiembre de 2008

De BauHaus, Sartre y insustancialidad de la pseudo-cultura.

Estaba escuchando BauHaus, un par de temas un poco pesados a nivel conceptual, y me di cuenta que me dan la misma sensación que leer Sartre. Una sensación muy confortable en el plexo solar, un calorcito mullido que me llena y se expande. Despues de regodearme un poco en la integración de la estética y la ética, de las ideas y las formas, presté más atención a las letras que estaba escuchando, me satisfizo que cuestionen la sociedad y las normas, que cuestionen la realidad y los conceptos que la envuelven y me di cuenta que estaba dando vueltas sobre ideas sin asidero, sin basamento en nada sustancial.. sin sentido, vamos. Al pedo en castellano criollo.
Así que empecé a recordar que si bien me gusta Sartre, y Heidegger y tantas cosas, sobre todo las que dan vueltas sobre la paradójica idea de la falta de idea, eso no es más que un ejercicio de dialéctica, donde abundan las palabras grandes, los conceptos abstractos, los universales y generales y... nada. En realidad, se trata de dar vueltas sobre la nada. Con qué objetivo? El sencillo punto de sentir esa sensación cálida y mullida. Y esa sensación cálida y mullida proviene del diletar la actividad mental alrededor de dos o tres conceptos. Que llevado analógicamente a un proceso fisiológico, es, sin ir más lejos, ... puro onanismo. Puro acariciar la capacidad mental y hacerla sentir bien.
Y pensé que tenía un artículo largo, una crítica social de la vana intelectualidad, pero no. Se terminó.
Fue uno cortito.
Jeje.

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