jueves, 21 de junio de 2012

Balada para una loca.


Esas cosas que pasan cuando sos "un loco lindo".  La gente festeja tu locura, tus morisquetas, tus planteos surrealistas. Se divierte, disfruta, y piensa que disfruta con vos.  O quizá nunca lo pensaron.  No pensaron jamás lo penoso que es (a pesar de que el loco lindo esté riendo, aunque ese momento surrealista sea empírica e intrísecamente maravilloso) escapar de la realidad.  No es algo que el loco lindo tampoco se de cuenta, inmerso en su personaje, en su aventura onírica.  Pero es penoso huir, es penoso ocultarse detrás de un personaje para no aceptar que se tiene miedo a la vida.  Es penoso vestir de ropajes incomprensibles a una realidad que es, en sí, incomprensible, y por tanto amenazante.

Y la gente se ríe, y danza con el loco que tiene medio melón en la cabeza y dos medias suelas clavadas en los pies...  y esto seguirá quizá siendo la historia del pagliacci.  Porque nadie quiere ver la amargura, el temor, el temblor.  La suspicacia, la incertidumbre, el ansia desesperada de calma.

Y no da. Ya no quiero más. Ni disfraces. Ni risas. Ni bailes demenciales con la luna rodando por Callao.  No quiero una peluca de alondras. Quiero vivir  de verdad.

miércoles, 20 de junio de 2012

Hoy sí "you don't wanna know"

No quiero más. Que sigo digo basta, que si renuncio, que si bajo los brazos... la gente se imagina lo peor. Supongo que esto es algo que tenía que hacer hace mucho, y no hice. Es algo (para que se tranquilicen) que hace otra gente a través de yoga, a través de la fe, a través de prácticas espirituales cualesquiera que sea, o sencillamente sale natural. La eliminación del ego. El terminar con cualquier máscara. El sacarle el disfraz a esta realidad que no es tal. Muchos salen de la matrix de mil maneras distintas, quizá esta es la mía. Terminar de hundirme en este sin-sentido, terminar de marranear y poner mala cara y odiar a todo y a todos (no es odiar, es otra cosa, tampoco desprecio, pero es una sensación negra y rasposa que termina en un gruñido constante); terminar de abrazar esta sensación hasta que no haya nada (porque no hay realmente nada) dejar todos los objetivos y los sueños hasta que no quede nada, y así, amargamente, finalmente llegar a ese presente, ese aquí y ahora que promulgan desde muchos lados positivos, grupos y prácticas. Pero desde la amargura. Dejenmé amargarme un rato. No se asusten, no pasa nada. Voy a seguir viviendo, como siempre, siempre cumplí con lo mínimo y quizá ya sea hora de dejar de esperar lo máximo. Quizá a traves de la decepción de no haber logrado nada de lo que espero, sin siquiera mirar todo lo que haya logrado sin esperarlo, llegue a la eliminación de ese ego que espera y que no debería, y terminar finalmente por ser en el ser y pasar de esta suprema amargura a la tranquila aceptación, sin maravilla, sin éxtasis, sin transformación transcendental... sin aspamentos de iluminación. En cuanto a que quizá no me conecto tanto... la verdad estoy cansada de facebook con su constante contacto vacío de anécdotas superfluas o incluso updates superfluos sin anécdota alguna, que no nos llevan al corazón del otro. Estoy cansada de msn/gtalk, donde hay q tipear mucho y me interrumpe en el trabajo, y no me deja hacer lo que tengo que hacer en la casa o salir o lo que sea... cosas que podría hacer si me llamaran por telefono. Tampoco tengo ganas de llamar yo por telefono, no tengo ganas de visitar, no tengo ganas de moverme. Pero quizá esta inmovilidad es lo que necesito para terminar de dejar todo lo falso. O quizá no. Pero no lo sé. El tema es que estoy cansada y amarga. No creo que deprimida. Sólo amarga. Bear with me, as it all shall pass. Y si publico esto, es porque hay dos o tres personas que se preocupan y no quiero que se preocupen porque no es para tanto. Y no quiero gruñirles, pero no me sale otra cosa. Un abrazo a todos.