lunes, 11 de octubre de 2010

Fin de semana.

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Escribo casi melancólica. El ruido de 40 pies sobre las maderas que crujen, viejas y gastadas, hacen acompañamiento a un vals circense y misterioso. Los cuerpos se mueven, gráciles o concentrados, y yo, cansada y ya confundida de tratar de coordinar partes del cuerpo que no uso, escribo desde las tablas del estudio lo que viví este fin de semana.

El dios de la danza estuvo presente. El viernes, gala de apertura, ví bailarinas con muy buena técnica, pero además varias que le daban pies y alas al dios de la danza. Coreografías o improvisaciones que despertaban emociones, sonrisas, escalofríos, asombro.

Sábado y domingo, seminario. Y no puedo describirlo. Las maestras qeu dedican su vida a la danza y transmiten no sólo técnicas y pasos, combinaciones y ejercicios, si no una forma de vida, una actitud hacía la danza. Cada una con su propio estilo, derraman sus experiencias sobre cuarenta personas, cambiando, agregando pedacitos de vida. La sonrisa honesta y calma de Maxine. La postura sólida y firme de Mira, la chispa alegre de Mardi.

Mira nos quiere enseñar a ser únicas, irrepetibles. A sentir la danza desde dentro, a transformar todo en performance, a tener conciencia de nuestro cuerpo y de los ritmos. Mardi nos enseña a mostrarnos, a ilusionar. Quiero escribir más de todo esto después, más tarde.

Y después, para terminar, Hafla. Dejamos de ser maestras y estudiantes, y disfrutamos la música y la danza. Compartimos. Disfrutamos.

La luna, dije hace tiempo, tiene tradicionalmente tres formas: madre, doncella y guerrera. Quiero saber si la bailarina es doncella, pero algo me dice que son las tres. Guiamos, enamoramos, luchamos. Vivimos. Sentimos. Dejamos que la danza fluya en nuestros cuerpos, que los ritmos guíen nuestros latidos. Gritamos todas en un zagareet unificado, cada una desde su espacio, incluso desde el silencio. Una sola mujer. Una sola tribu.


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Esto lo escribí en dos mitades. Desde el estudio, y esperando el colectivo el domingo de noche saliendo del Hafla. No está bien escrito, estaba traspasada de emociones varias. Quiero más tarde revisitar todo esto, y dar más cuenta de todo lo que viví. Abrazos.

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