Hoy me paso una de esas cosas lindas en el tren. Había un niño que lloraba y lloraba y lloraba... como marrano descosido, si eso existe. La madre (una de estas pibas con 6 hijos a pesar de la edad)no dejaba de retarlo. "Basta" "Cortala, nene" "Deja de joder". Ni nombre, ni qué te pasa, ni pobrecito, nada de cariño. Yo pensaba en ir, levantar al crío, abrazarlo, pasearlo... pero no soy buena, me da fiaca levantarme, y además los niños no dejan de llorar cuando yo los abrazo. Al rato una señora, adelante mío "permiso, señor, voy a ver si puedo calmar al chico". Va hasta allá, se escucha a la piba "no, si ya comió tortilla". Uno de los cinco niños que dice "yo quiero!". "Lo que pasa es que quiere estar en el suelo". No se veía lo que pasaba allá, pero al rato se deja de escuchar el llanto. La señora que dice amablemente "esto que hice yo, lo podía haber hecho ud.". Sin resentimiento, sin bronca, sin reto. Yo le hubiera dicho de todo. Se dedicó entonces la señora, a repartir la tortilla entre los cincos infantes, y se volvió sonriente a su asiento, iluminando todo.
Por eso digo, si todos repartieramos así, sin broncas, ni retos, sin orgullo falso, sin creernos buenos... solamente porque es lindo dar, porque es lindo hacer...
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