Me enseñaron: Que a veces hay que callar. Que a veces se gana, y a veces se pierde, y a veces hay que dejar ganar. Que las cosas duelen, que uno puede decir basta y no doler mas. Que algunas cosas siguen doliendo, pero se van lavando. Que hay que respirar. Que el espacio vacio es el mas importante de la musica, de la danza, de la vida. Que hay que escuchar. Que esta bueno seguir mi impulso, con conciencia. Que decir basta, decir hasta aca, nos regala espacio. Que para poder abrazar, hay que saber abrazarse. Para poder dar, hay que poder recibir. Para recibir, hay que tener las manos vacías y los brazos abiertos. Para poder hacer eso, hay que soltarse, soltar los miedos y todo lo que se tenía antes. Vaciar. Despojar. Luego, recibir. PD.: Tambien que uno elige que recibir y que no. | I was tought that: Sometimes you have to keep silent. Sometimes you win, sometimes you loose, and sometimes you have to let others win. Some things hurt, but you can say it's enough and stop hurting. Some things keep on hurting, but they wash away. You have to breath. The empty space is the most important in music, in dance, in life (the void). You have to listen. It's good to follow my impulses, consciously (cautiously). Saying it's enough, saying up to here, gives us space. You have to be able to hug yourself in order to be able to hug others. In order to give, you have to receive. In order to receive, your hands must be empty and your arms open wide. In order to do that, you have to let go, let go of the fears and everything you had before. Empty. Release. Afterwards, receive. PS.: You can choose what to recieve and what not to receive. |
martes, 8 de junio de 2010
Amigos / Friends
jueves, 3 de junio de 2010
Como empiezo? Como lo cuento? Saqué mis bidis* y fumé caminando despacio. Dejando cada paso atrás todo lo que duele, lo que preocupa. Llegué al cine, decidí entre dos películas. Entre Juana de Arco Terrorista y una mujer que es un paisaje: la playa. Opté por el último. Es mucho lo que me pasó, sería largo de contar. Antes de perderlo, envuelta en la penumbra del cine, tomé un par de notas, "guías"... Ahora al releerlos me parecieran haikus, pequeñas poesías. Yo sola, en las letras de Cortazar o Neruda, o una película francesa que canta los ritmos y las rimas de la vida. Veo reflejada tu mano, mi mano. Tan pequeña qeu cabe en el lente de la cámara que tienes en la otra mano. Me acompaño, me abrazo, me sonrío. Me hago masajes, me comento, me acaricio. Como dije, fue mucho lo que me pasó. Fue toda la vida de la artista, que son muchas vidas, que son mi vida y mis vidas. Sus vidas. Fue extraño descubrir esa sensación conocida, táctil se diría, que gozo y que me envuelve cuando leo a Neruda y a Cortazar, y que no debiera estar ahí, que pertenece a otro ámbito. Es extraño pensar que quizá es sinestesia, pero me envuelve como un abrazo, una caricia sensual invisible donde no hay sensualidad, sólo la vida, la magia que transcurre entre las distancias de las cosas. El espacio entre el punto inicial de tus pestañas, tus pupilas y el aire que se mueve cuando cierras... Todo comienza con espejos en la playa. Dos de las cosas que me hechizan de la vida. Los espejos multiplicando el mar en mil mares, siendo una playa todas las playas. Y siendo la playa de Agnes mi playa tambien, mi soledad y mi viento. Mis espejos que recogía de más chica, capturando la vida en un retazo de cielo. Recorre mil cosas Agnes en su vida, en sus playas, y todas me traen un poquito de todo. Me hablan de ella, y a través de ella hablan de todos nosotros. Tengo que verla de nuevo. Y respirar de nuevo con las hojas del helecho de su patio... *Bidi: cigarrillo indio delgado hecho con 0.2 a 0.3 gramos de hebras de tabaco envueltas en una hoja de tendu, y atada con un hilo de color en una de las puntas | How do I begin? How do I tell this? I took out my beedis* and smoked, walking slowly. Each step leaving hurts and worries behind. I stopped at the cinema, pondered two movies. Between a Terrorist Joan of Arc and a woman who's a landscape: the seaside. I chose the latter. Too much happened to me, it would be long to tell. Before loosing it, amidst the shadows of the cinema, I took a couple of notes, guidelines... Upon reading them now, I find them like haikus or little poems. On my own, on Cortazar or Neruda's words, or in a French movie singing the rhytms and rhymes of life. I see your hand reflected on screen, my hand. So small it fits into the lense of the camera you hold on your other hand. I'm here with me, I hug myself, I smile to me. I do myself massage, I share my thoughts with me, I caress myself. As I said, too much happened. It was the whole of the artist's life, which was my life, my lives. Your lives. It was weird to feel that known sensation, tactile perhaps, of being shrouded in joy when I read Cortazar or Neruda, and that shouldn't be there, should belong to a different sphere. It's weird to think that it may be synesthesia, but it's like an embrace, a sensual invisible caress where there's no sensuality, just life, the magic that resides in the distance between things. The space between the initial position of eyelashes, the pupil and the air that moves when eyes close... The movie begins with mirrors on the beach. Two of the things that mesmerize me. Mirrors multiplying thousands of seas, one beach to be all of the beaches. And Agnes's beach is my beach too, my wind and loneliness. The mirrors I picked up as a girl, catching life in a piece of sky. Agnes goes through thousands of scenes of her life, of her beaches, and all of them bring to me a little bit of everything. The scenes talk about her, and through her they talk about all of us. I have to watch that movie again. And breath again with the leaves of the fern on her backyard... *Beedi: thin, South Asian[3] cigarette filled with tobacco flake and wrapped in a tendu leaf, tied with a string at one end. |