drowning feathers, lust embrace me
to lose myself in deviant tastes
forget forgive forlorn...
drowning feathers, hold me tight
hold my face, hold my arms hold my eyes
drops of leather running down
fistful of anger and letting go by
DROP. DRIP. TRIP. TRAP.
How I feel trapped in your lies
Trip away from your fearful proud life
DRIPPING YOUR TEARS ONLY ON MY EYES
drop it. Stop.
TREAD ON YOUR LIFE
CHOKE ON YOUR PRIDE
Blissful light escapes your eyes
blind to self, screaming claims
forget forgive forlorn
Drowning feathers lust embrace me
hold me tight tie me to hold
fistfull of sadness and drop on...
lunes, 31 de agosto de 2009
lunes, 24 de agosto de 2009
de Tambores y Fuegos
Y tomo la dirección, empuño el timón, esbozo una sonrisa y miro al horizonte.
Encontré lo que había perdido.
Hace varios ratos venía pensando qué era diferente en mí cuando era más chica. Qué me hacía disfrutar de la vida a pesar de las semanas de nada, qué lograba que lo malo no fuera desastroso... Qué me daba fuerzas para seguir adelante pasara lo que pasara... Y hace poco lo encontré otra vez.
Iba al ensayo de una banda amiga. No sabía como llegar, me tomé el bondi equivocado... empezaba a entrar en pánico. Y me acordé de mi pregunta, de qué pasaba cuando era más chica, qué era diferente. Y me acordé. Que en cosas como esta, yo sabía que llegaba igual. Sí, iba a dar un rodeo, un largo rodeo. Pero en eso, iba a conocer lugares que no había visto, en preguntar iba a hablar con gente que me iba a dar su armonía, que le daría yo mi armonía, y saltando y cantando todo era meñjor. En resumen: hablé con cuatro colectiveros, tres kioskeros y recibí y dí seis sonrisas. Chistes, la vida misma. Y llegué, tarde pero bien, y disfruté. Disfrutamos. Con una sola equivocación disfrutamos diez personas. NO FUE UNA EQUIVOCACIÓN, FUE UNA AVENTURA.
Y así las cosas arragué la vida del mango otra vez, no para tener el control, si no para que hay de bueno, que hay del otro lado de la esquina.
Y así las cosas, este fin de semana ayudé a un amigo a descargar sus cosas, tiene mucho más para descargar, pero ahí estuve, y descargó él, y descargué yo. Y dps las llamadas, o el candombe. Y ahí descargué yo. Y de eso quería hablar. O poemar...
Me salió un poema de eso, pero no sé si me gusta. Igual a alguien le gustó, y nada... acá va.
El vértigo de los tambores,
la llama crece adentro, corre,
se va moviendo el cuerpo y va...
Se tejen los modos del hombre,
se queman todos los temores,
se pierde todo aquello que ay!
Y así yo vengo a contar
mis candombes de Uruguay
siendo que en la otra orilla estan...
Y los tambores tiemblan la tierra sueltan la rienda vuelta a empezar...
Encontré lo que había perdido.
Hace varios ratos venía pensando qué era diferente en mí cuando era más chica. Qué me hacía disfrutar de la vida a pesar de las semanas de nada, qué lograba que lo malo no fuera desastroso... Qué me daba fuerzas para seguir adelante pasara lo que pasara... Y hace poco lo encontré otra vez.
Iba al ensayo de una banda amiga. No sabía como llegar, me tomé el bondi equivocado... empezaba a entrar en pánico. Y me acordé de mi pregunta, de qué pasaba cuando era más chica, qué era diferente. Y me acordé. Que en cosas como esta, yo sabía que llegaba igual. Sí, iba a dar un rodeo, un largo rodeo. Pero en eso, iba a conocer lugares que no había visto, en preguntar iba a hablar con gente que me iba a dar su armonía, que le daría yo mi armonía, y saltando y cantando todo era meñjor. En resumen: hablé con cuatro colectiveros, tres kioskeros y recibí y dí seis sonrisas. Chistes, la vida misma. Y llegué, tarde pero bien, y disfruté. Disfrutamos. Con una sola equivocación disfrutamos diez personas. NO FUE UNA EQUIVOCACIÓN, FUE UNA AVENTURA.
Y así las cosas arragué la vida del mango otra vez, no para tener el control, si no para que hay de bueno, que hay del otro lado de la esquina.
Y así las cosas, este fin de semana ayudé a un amigo a descargar sus cosas, tiene mucho más para descargar, pero ahí estuve, y descargó él, y descargué yo. Y dps las llamadas, o el candombe. Y ahí descargué yo. Y de eso quería hablar. O poemar...
Me salió un poema de eso, pero no sé si me gusta. Igual a alguien le gustó, y nada... acá va.
El vértigo de los tambores,
la llama crece adentro, corre,
se va moviendo el cuerpo y va...
Se tejen los modos del hombre,
se queman todos los temores,
se pierde todo aquello que ay!
Y así yo vengo a contar
mis candombes de Uruguay
siendo que en la otra orilla estan...
Y los tambores tiemblan la tierra sueltan la rienda vuelta a empezar...
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