domingo, 26 de febrero de 2012

Ayer en el Paseo de las Pulgas:

- Las gotas de lluvia que relampaguean como luciérnagas que vuelan en picada ante los faros de los coches al doblar la esquina.

- Dando vuelta en una recova, un niño se esconde dentro un canasto de un puesto de mimbres.

- Una gran caja de madera, y una niña dentro, alzando un perrito, sus hermanitos caninos esperando la adopción.

- El jazz subrepticio de una banda que afina para tocar por monedas en un bar, un pequeño repertorio de temas quemados.

- Me captura al cruzar la calle el sonido de un saxo, y mientras el sonido me envuelve y me arrastra y me tira, me enrosco en los espirales de colores en la pared de una tienda de regalos. Mis ojos viran atraídos por los colores de los colgantes mientras los oídos siguen bailando espirales de saxofón.

- Cinco niñas de igual edad, con sus colores y sus cabelleras distintas, se inclinan en la ventana morada a saludar a los transeúntes, todas juntas, todas en coro.

sábado, 25 de febrero de 2012

Sobre mi cabeza, ovillos de paja teñida cuelgan del techo y atraen la mirada a cuadros bordados en punto cruz. El teclado es un desafío, o una invitación a desahogar mi furia en sus teclas. La cerveza en el vaso opaco me mira, preguntándose si ya considero que fue suficiente.

De lo que considero que fue suficiente es de emociones. Mi cabeza me tiene en una montaña rusa que no hace más que bajar. Todo duele y todo se transforma y se deforma. Pero basta de eso. Hoy quiero decir basta de teatro que no termina de decir algo, pero que dice todo, que mueve cosas que no esperaba, de un modo que no esperaba... o al menos quiero decir basta yo, porque no tiene caso. Soy diferente, las cosas me mueven diferente, y por suerte a veces encuentro gente similar, pero de todos modos somos todos diferentes. Si la actriz decide hablar del vacío que no tiene nada y olvida el vacío d las formas y las normas, si olvida el vacío de sentido, si olvida el vacío como multiplicidad de potencias... Si hace una obra cómica en donde habla del vacío de presencia que deja alguna gente, pero lleno de memorias y recuerdos... bueno, no puedo culparla de mis propias ausencias, de mis propios vacíos.

Lo otro fue glorioso. Lo anterior. Necesitaba un psiquiatra urgente. UNA AYUDA URGENTE. Y no me lo dio la obra social, me lo dio Dios. Dudé ante la puerta de una peluquería que cerraba y el señor, asumido bestia musulmán, me invitó a entrar y me dijo todo lo que necesitaba oir y recordar. Y tengo tarea. OM MANI PADME UM. 20 cosas q me gustan y q no me gustan (esto a alguna gente le va a sonar conocido). y seguir yendo, a mantener el corte pero porque en un tiempo, a mediados de año, vamos a necesitarme mucho. WEIRD.

Córdoba me recibió cn su tránsito insufrible, con su no sé como llegar, no sé donde queda. COn sus polos magnéticos cambiados que me hacen sentir las direcciones al reves. Con un hostel donde me siento a casa y encuentro a uno de esos artistas que son personas normales, y a un vecino de la infancia. Córdoba me recibe con su tonada y sus esquemas fijos. Esos que percibo en mi preconcepto. Todavía falta q empiece el fin de semana y disfrute realmente del lugar. Sale CCCF: Construcciones Cósmicas Cordobesas Fotografiadas (desde celular).

BESOS A TODOS. (HABLÓ LA CERVEZA.... LOS QUIERO MUCHACHOS...)

jueves, 9 de febrero de 2012

De mate.

Patricio encontró su mate. Como quién encuentra su camino, su vocación, su música, su estilo de vida. Los mates de Patricio eran mates normales, comunes. Yerba en el mate, agua caliente, un poco de azúcar. Muy rico tu mate Patricio. Un mate como cientos de otros mates, rica yerba, rica agua caliente, muy rico.

Hay mates como todos los mates, y hay mates peculiares, llenos en sí mismos de todo lo que representa el mate, el despertarse al mundo, el compartir un momento que queda encerrado en cada sorbo, en el ruidito del final, y es un aquí y ahora completo de mate y pertenencia, cariño y dedicación a ese mate y a ese sabor y a ese sorbo y a ese ruidito.

Toma un tiempo llegar a esos mates trascendentales, que llevan la firma indeleble del que los cebó y que no se olvidan. Cada mate es único a la persona que lo ceba, las características del sabor, la cebadura, son inconfundibles. Recuerdo llegar a mi casa un día, tomar un mate que había quedado cebado y decir "estuvo tía Alicia, no?". Toma un tiempo encontrar la forma de cebar que nos identifica.

Y Patricio encontró su mate. Quizá con el tiempo varíe de nuevo, encuentre otras modificaciones que le agradan más... quién sabe. Pero ahora, la cantidad justa de hierbas, en proporción con la yerba y el azúcar... hacen que esos mates sean perfectos. Y resuman el momento perfecto y trascendental donde uno asimila la mañana con sus chicharras, con el trabajo, con las tostadas, y está todo en su maravilla dentro de un sorbo en una bombilla y un ruidito del final.